lunes, 6 de junio de 2016

LAS PESONAS AUTO DESTRUCTIVAS COMPARTEN 15 RASGOS

Las personas autodestructivas comparten estos 15 rasgos

Quince hábitos y conductas que tienen en común las personas que se odian a sí mismas.

100 FRASES PARA PENSAR Y SOÑAR DESPIERTO

100 frases para pensar y soñar despierto

Citas célebres pronunciadas por grandes personajes que harán volar tu imaginación.

​100 frases para pensar y soñar despierto
Imagen: Pixabay
Arturo TorresArturo TorresPsicólogo
La vida no es tan simple como puede parecer en un primer momento. Por mucho que en la sociedad moderna nos bombardeen con eslóganes y frases publicitarias que apelan a la acción y con películas en las que los buenos son muy malos y los malos son claramente malos y, en general, veamos cada día personajes ficticios que representan formas estereotípicas de vivir la vida, lo cierto es que la realidad, nuestras relaciones e incluso nuestra personalidad están llenas de matices y da pie a todo tipo de frases para pensar.
Todo lo que hay a nuestro alrededor nos puede llevar a la reflexión, si le prestamos la atención suficiente, y todo puede hacer que nos volvamos más sabios. Las experiencias que pueden impulsarnos en nuestro desarrollo personal están por todas partes, sólo hay que ser capaz de reconocerlas, hacerse sensible a ellas.
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100 frases para pensar y forjarse un criterio propio

A esta conclusión han llegado numerosos pensadores e intelectuales a lo largo de siglos de historia, y a día de hoy nos han dejado un fantástico legado en forma de frases para pensar. Tomar estas frases como un primer ingrediente para forjarse un criterio propio acerca de las cosas es una buena manera de entrenarse en el arte de la reflexión.
Por supuesto, lo mejor no es limitarse a leerlas y ya está. Si son frases para pensar es, justamente, porque abren una ventana al mundo que se extiende más allá de las convenciones y el sentido común. Merece la pena dedicarles al menos unos segundos de reflexión.

Un espacio para la reflexión y el espíritu crítico

Así que, si te interesa dejar de dar por supuestas muchas cosas y construir una manera propia de entender a realidad, empezar por estas frases para pensar puede ser un buen comienzo. Las frases están numeradas pero no ocupan un lugar en el listado según un criterio determinado.
1. La verdad puede estar ahí fuera, pero las mentiras están en tu cabeza, de Terry Pratchett.
2. Las revoluciones son las locomotoras de la historia, de Karl Marx.
3. El secreto del humor es la sorpresa, de Aristóteles.
4. La ciencia es magia que funciona, de Kurt Vonnegut.
5. Amar es actuar, de Victor Hugo.
6. Si quieres que una cosa sea bien hecha, hazla tú mismo, de Napoleón Bonaparte.
7. No hay nada permanente, excepto el cambio, de Heráclito.
8. No podemos ayudar a todo el mundo, pero todo el mundo puede ayudar a alguien, de Ronald Reagan.
9. Todo nuestro conocimiento empieza a partir de nuestra experiencia, de Immanuel Kant.
10. Escribir está bien, pensar es mejor, de Herman Hesse.
11. Empieza por lo que sea correcto más que por lo que sea aceptable, de Franz Kafka.
12. Un hombre sabio nunca pierde nada si se tiene a sí mismo, de Michel de Montaigne.
13. De las dificultades nacen milagros, de Jean de la Bruyere.
14. En la enfermedad, lo más importante es no perder el corazón, de Vladimir Lenin.
15. Debemos distinguir entre fe y expectativas, de Iván Illich.
16. La mente es el efecto, no la causa, de Daniel Dennett.
17. La moralidad es el instinto de manada del individuo, de Friedrich Nietzsche.
18. Lo único a lo que le debemos temer miedo es al miedo en sí, de Franklin D. Roosevelt.
19. Toda opresión crea un estado de guerra, de Simone de Beauvoir.
20. La vida no es ni buena ni mala, sino un lugar para el bien y el mal, de Marco Aurelio.
21. El mal gusto crea muchos más millonarios que el buen gusto, de Charles Bukowski.
22. La libertad es algo que muere si no se usa, de Hunter S. Thompson.
23. No se puede encontrar la paz evitando la vida, de Virginia Woolf.
24. El silencio es un amigo fiel que nunca traiciona, de Confucio.
25. La falta de dinero es la raíz de todo mal, de Mark Twain.
26. La fama es la sed propia de la juventud, de Lord Byron.
27. La imaginación lo decide todo, de Blaire Pascal.
28. Cuanto más se juzga, menos se ama, de Honoré de Balzac.
29. Los hombres se han convertido en las herramienta de sus herramientas, de Henry David Thoreau.
30. Se necesita una pizca de locura para hacer grandes cosas, de Henry Rollins.
31. Cada acto de creación es primero un acto de destrucción, de Pablo Picasso.
32. El hombre es una inteligencia al servicio de sus órganos, de Aldous Huxley.
33. Solo el poeta puede observar más allá de los detalles para ver la imagen completa, de Helen Hayes.
34. Cada hombre confunde los límites de su campo de visión con los límites del mundo, de Arthur Schopenhauer.
35. Los números perfectos, como los hombres perfectos, son muy raros, de René Descartes.
36. El carácter es un conjunto de hábitos que se mantienen durante mucho tiempo, de Plutarco.
37. Salta, y la red aparecerá, de John Burroughs.
38. No le temas a la perfección, nunca la alcanzarás, de Salvador Dalí.
39. Una verdad que es dicha con malas intenciones vence todas las mentiras que se puedan inventar, de William Blake.
40. Vivimos al borde de lo milagroso, de Henry Miller.
41. El desacuerdo honesto es, con frecuencia, un buen signo de progreso, de Mahatma Gandhi.
42. El arte de vivir bien y el d morir bien son la misma cosa, de Epicuro.
43. Los niños son educados por lo que son los adultos, no por lo que estos dicen, de Carl Jung.
44. A veces, los vicios son solamente virtudes llevadas al exceso, de Charles Darwin.
45. Es difícil liberar a los necios de las cadenas a las que reverencian, de Voltaire.
46. Todo tiene su moral, si se sabe encontrar, de Lewis Carroll.
47. A veces incluso vivir es un acto de valentía, de Séneca.
48. La amistad es una mente en dos cuerpos, de Mencio.
49. No hay ningún tema tan viejo que nada nuevo pueda ser dicho sobre él, de Fiódor Dostoievski.
50. Mide lo que puede ser medido, y haz medible lo que no lo es, de Galileo Galilei.
51. Una idea poderosa comunica parte de su fuerza a quien la cuestiona, de Marcel Proust.
52. El futuro pertenece a aquellos que se preparan para él en el presente, de Malcolm X.
53. Quienes no conocen la historia están condenados a repetirla, de Edmund Burke.
54. Para que existan los buenos poetas, tienen que existir buenos públicos, de Walt Whitman.
55. Lo que eres quedará revelado en lo que haces, de Thomas Edison.
56. Para conocer la vida hay que amar muchas cosas, de Vincent Van Gogh.
57. Los adultos son niños obsoletos, de Dr. Seuss.
58. El precio de la libertad es la vigilancia eterna, de Desmond Tutu.
59. Ser gracioso no es la primera opción de nadie, de Woody Allen.
60. La creatividad requiere el precio de desprenderse de las certezas, de Erich Fromm.
61. Un hombre lleno de coraje es también alguien lleno de fe, de Cicerón.
62. La paz si es posible, la verdad a cualquier precio, de Martín Lutero.
63. No hay un amigo tan fiel como un libro, de Ernest Hemingway.
64. La verdad es lo que funciona, de William James.
65. La paciencia es una forma menor de la desesperación, disfrazada de virtud, de Ambrose Bierce.
66. A los mortales la vida no nos da nada sin trabajo duro, de Horacio.
67. La única anormalidad es la incapacidad para amar, de Anaïs Nin.
68. La conducta humana fluye de tres fuentes principales: el deseo, la emoción y el conocimiento, de Platón.
69. Lo que más importa es el esfuerzo, de Antoine de Saint-Exupery.
70. Pensar no es estar de acuerdo o en desacuerdo, eso es votar, de Robert Frost.
71. Nadie es libre, incluso los pájaros están encadenados al cielo, de Bob Dylan.
72. No hay fuerza tan democrática como la fuerza de un ideal, de Calvin Coolidge.
73. Cuanto más bajo caigas, más alto volarás, de Chuck Palahniuk.
74. La curiosidad es la mecha en la vela del conocimiento, de William Arthur Ward.
75. Nada tiene tanta fuerza como la extrema necesidad, de Eurípides.
76. A la gente no le importa ser mala, pero nunca quiere ser ridícula, de Molière.
77. Nadie entiende ni el dolor ni la alegría de los demás, de Franz Schubert.
78. El hombre debe esforzarse por pensar mucho y saber poco, de Demócrito.
78. Sólo los educados son libres, de Epicteto.
79. El mayor mal es el dolor físico, de San Agustín.
80. El infierno son los demás, de Jean-Paul Sartre.
81. Nosotros forjamos las cadenas que llevamos en vida, de Charles Dickens.
82. La vida es dolor y el disfrute del amor es un anestésico, de Cesare Pavese.
83. Todo lo que vemos es un sueño dentro de un sueño, de Edgar Allan Poe.
84. La paz empieza con una sonrisa, de Teresa de Calcuta.
85. La mejor venganza es el éxito abrumador, de Frank Sinatra.
86. La política no está relacionada con la moral, de Maquiavelo.
87. El nacionalismo es una manera de oprimir a los demás, de Noam Chomsky.
88. Nadie tiene justicia, solo tiene buena o mala suerte, de Orson Welles.
89. No hay más pecado que la estupidez, de Oscar Wilde.
90. No es vivir lo que importa, sino vivir correctamente, de Sócrates.
91. Si no actúas según lo que piensas, terminarás pensando según actúas, de Blaire Pascal.
92. El olvido es la única venganza y el único perdón, de Jorge Luis Borges.
93. Quien controla los medios de comunicación controla la mente, de Jim Morrison.
94. El orgullo es el más fatal de los conjejeros, de Ramón María del Valle-Inclán.
95. Los cobardes mueren muchas veces antes de llegar a su muerte; los valientes sólo prueban la muerte una vez, de William Shakespeare.
96. Todo es generado a partir de la fuerza de voluntad de uno mismo, de Ray Bradbury.
97. La vida solo puede ser entendida hacia atrás, pero debe ser vivida hacia adelante, de Søren Kierkegaard.
98. Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee, de Miguel de Unamuno.
99. Una civilización se destruye sólo cuando se destruyen sus dioses, de Émile Cioran.
100. La ficción trata acerca de lo que supone ser un ser humano, de David Foster Wallace.

LAS 6 DIFERENCIAS ENTRE TRISTEZA Y DEPRESIÓN

Las 6 diferencias entre tristeza y depresión

Explicamos las diferencias y las similitudes entre estos dos conceptos.

Las 6 diferencias entre tristeza y depresión
Son dos conceptos distintos y a la vez con múltiples puntos en común. Dos conceptos que se suelen malinterpretar y confundir demasiado a menudo. Hablamos de la tristeza y la depresión, dos términos que hoy nos proponemos aclarar de una vez por todas.
Existe una confusión terrible entre ambos términos, tristeza y depresión. Vamos a definir ambos conceptos y aclarar las dudas recurrentes sobre sus semejanzas y diferencias.

Tristeza y depresión: una confusión dañina

Los signos y síntomas que producen la depresión y la tristeza pueden ser complicados de diferenciar para una persona a pie. Por suerte, los profesionales de la salud mental sabemos que, en base a un buen número de investigaciones científicas, existen ciertos signos y señales de distinta índole que nos permite diferenciar entre estos dos estados emocionales.
A modo de resumen, podemos explicar hasta seis puntos básicos para saber cuándo estamos ante una persona triste, o bien ante alguien que padece un trastorno depresivo.
Para profundizar:  "¿Existen varios tipos de depresión?"

1. La depresión es un trastorno psicológico

La depresión es una psicopatología en la que, por distintas causas y razones, la persona afectada manifiesta ciertos síntomas: tristeza, apatía, angustia, sentimientos de desesperanza…
Mientras que la tristeza es un estado mental pasajero, las personas que sufren un cuadro depresivo están en una situación crónica de malestar y desazón. Para ser diagnosticada con depresión, una persona debe estar por lo menos seis meses con este tipo de cuadros sintomatológicos.

2. La tristeza es un estado mental relativamente pasajero

El sentimiento de tristeza es un estado psicológico relativamente habitual, y que no es por sí mismo indicador de ningún trastorno mental. Es, sencillamente, la reacción psicológica ante algo que nos ha herido o ante unas circunstancias difíciles de las que nos parece complicado escapar.
La tristeza es una más de las  emociones humanas, y no es mala ni nos debe preocupar en exceso que alguien esté triste durante unos días. Podemos estar tristes cuando perdemos a un familiar o a un amigo cercano, podemos sentir tristeza cuando se nos trunca un plan e incluso podemos sentirnos así sin motivo aparente, tal vez por un cambio hormonal o porque nos hemos levantado con un estado de ánimo bajo.

3. Pruebas de neuroimagen

Tal como vemos en la imagen de debajo de estas líneas , las personas con depresión tienen un nivel de activación cerebral claramente inferior a las personas sanas. A través de distintas técnicas de neuroimagen podemos observar que el cerebro depresivo se diferencia claramente del cerebro sano.
Además, los niveles de serotonina son mucho más bajos en las personas que padecen un cuadro depresivo.
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4. La abulia

La abulia se caracteriza por afectar a las personas con depresión, y dejarlas totalmente (o parcialmente) incapacitadas para enfrentarse a la vida diaria. Ir al trabajo, a comprar o a hacer una gestión se torna una misión imposible para los pacientes con este tipo de cuadros.
La abulia y los distintos efectos en la conducta de las personas con depresión no es algo que escojan por sí mismas. La causa de estas manifestaciones conductuales se encuentra en el deterioro del sistema nervioso e inmunológico. La abulia puede ser común tanto en personas que están tristes como en personas con depresión. La diferencia se encuentra en que las personas depresivas presentan esta apatía durante semanas e incluso meses.

5. Cuando la tristeza llega demasiado lejos

En algunas ocasiones, la tristeza prolongada en el tiempo puede conducir a un caso de depresión. El deterioro progresivo en la calidad de vida de la persona afectada puede notarse porque se vuelve incapaz de hacer sus tareas cotidianas, se muestra afectado (lloros, aislamiento) de forma frecuente y se ven muy limitados por su estado psicológico.
Si esta situación perdura durante varios meses, es posible que la persona esté inmersa en el desarrollo de un cuadro depresivo.

6. La tristeza no necesita terapia; la depresión, sí

Un estado de tristeza común es pasajero y no reviste mayor importancia. Es muy probable que las personas que pasan por un período de dolor emocional no requieran de ningún apoyo profesional específico. Simplemente, la vuelta a la rutina y el apoyo informal de sus amigos, familiares y allegados puede ser más que suficiente para que la vida retome su curso y puedan superar este estado de tristeza.
Sin embargo, la depresión es un trastorno serio que debe ser tratado por un profesional. Un diagnóstico certero y una terapia enfocada en la reestructuración cognitiva y, si es necesario, en psicofármacos, puede ayudar decisivamente a que el paciente recupere su bienestar psicológico y lo mantenga en el tiempo, evitando recaídas.

JEROME BRUNER

Jerome Bruner: biografía del impulsor de la revolución cognitiva

Vida y obra de un psicólogo cognitivo que se enfrentó a los conductistas.

​Jerome Bruner: biografía del impulsor de la revolución cognitiva
Jerome Seymour Bruner(Estados Unidos, 1915) es uno de los psicólogos que más han influido en el desarrollo de la psicología en el siglo XX, y lo es por un buen motivo. Después de doctorarse en la Universidad de Harvard en el año 1941, realizó una serie de trabajos e investigaciones sobre la percepción y el aprendizaje que lo llevaron a enfrentarse a los conductistas, como B. F. Skinner, que entendían este proceso como producto de la memorización de respuestas apropiadas (o "útiles") ante ciertos estímulos.
Cuando, durante los años 50, Bruner actuó como impulsor de la revolución cognitiva que terminaría en la creación del Center for Cognitive Studies de Harvard y la consolidación de la psicología cognitiva, la crisis del paradigma conductista se agravó y empezó a forjarse la corriente cognitivista, que hoy es la dominante en prácticamente todo el mundo.
Además de sus contribuciones a la psicología cognitiva, Jerome Bruner ha pasado varias décadas impartiendo clases tanto en Harvard como en Oxford, retirándose de la enseñanza habiendo cumplido los 90 años.

Los tres modelos de aprendizaje de Jerome Bruner

Al igual que muchos otros investigadores dedicados a la psicología cognitiva, Jerome Bruner dedicó mucho tiempo a estudiar el modo en el que aprendemos durante nuestros primeros años de vida. Esto le llevó a desarrollar una teoría sobre tres modos básicos para representar la realidad que, a la vez, son tres maneras de aprender en base a nuestras experiencias. Se trata del modelo enactivo, el modelo icónico y el modelo simbólico.
Según Bruner, estos modelos o modos de aprendizaje se van presentando de manera escalonada, uno detrás del otro siguiendo un orden que va desde el modo más físico y relacionado con lo inmediatamente accesible hasta lo simbólico y abstracto. Se trata de una teoría del aprendizaje muy inspirada por la obra de Jean Piaget y sus propuestas acerca de las etapas de desarrollo cognitivo.
Las similitudes entre las ideas de Jerome Bruner y las de Piaget no terminan ahí, ya que en ambas teorías se entiende el aprendizaje como un proceso en lo que la consolidación de ciertos aprendizajes permite que luego se puedan aprender cosas que antes no se podían comprender.

1. Modelo enactivo

El modelo enactivo que propuso Bruner es el modo de aprendizaje que aparece primero, ya que se basa en algo que realizamos desde los primeros días de vida: la acción física, en el significado más amplio del término. En este, la interacción con el entorno sirve como base para la representación actuante, es decir, el procesamiento de la información sobre aquello que tenemos cerca que nos llega a través de los sentidos.
Así, en el modelo enactivo de Jerome Bruner el aprendizaje se realiza a través de la imitación, la manipulación de objetos, el baile y la actuación, etc. Se trata de un modo de aprendizaje equiparable a la etapa sensoriomotriz de Piaget. Una vez consolidados ciertos aprendizajes a través de este modo, aparece el modelo icónico.

2. Modelo icónico

El modo icónico de aprendizaje se fundamenta en el uso de dibujos e imágenes en general que puedan servir para aportar informaciónsobre algo más allá de ellas mismas. Ejemplos de aprendizajes basados en el modelo icónico son la memorización de países y capitales observando un mapa, la memorización de distintas especies animales viendo fotografías, o dibujos o películas, etc.
Para Jerome Bruner, el modo icónico de aprendizaje representa la transición de lo concreto a lo abstracto, y por tanto presenta características que pertenecen a estas dos dimensiones.

3. Modelo simbólico

El modelo simbólico se basa en el uso del lenguaje, ya sea hablado o escrito. Como el lenguaje es el sistema simbólico más complejo que existe, es a través de este modelo de aprendizaje como se accede a los contenidos y procesos relacionados con lo abstracto.
Aunque el modelo simbólico es el último en aparecer, Jerome Brunerrecalca que los otros dos siguen produciéndose cuando se aprende de este modo, si bien han perdido buena parte de su protagonismo. Por ejemplo, para aprender los patrones de movimiento de una danza tendremos que recurrir al modo enactivo independientemente de nuestra edad, y lo mismo ocurrirá si queremos memorizar las partes del cerebro humano.

El aprendizaje según Jerome Bruner

Más allá de la existencia de estos modos de aprendizaje, Bruner también ha sostenido una visión particular sobre lo que es el aprendizaje en general. A diferencia de la concepción tradicional de lo que es el aprendizaje, que lo equipara a la memorización casi literal de contenidos que quedan "almacenados" en la mente de los estudiantes y aprendices, Jerome Bruner entiende el aprendizaje como un proceso en el que quien aprende tiene un papel activo.
Partiendo de un enfoque constructivista, Jerome Bruner entiende que la fuente del aprendizaje es la motivación intrínseca, la curiosidad y, en general, todo aquella que genera interés en el aprendiz.
Así, para Jerome Bruner el aprendizaje no et tanto el resultado de una serie de acciones como un proceso continuado que se basa en el modo en el modo que el individuo clasifica la nueva información que le va llegando para crear un todo con sentido. El éxito que se tenga a la hora de agrupar trozos de conocimiento y clasificarlos de manera eficaz determinará si el aprendizaje queda consolidado y sirve como trampolín a otros tipos de aprendizaje o no.

El rol de los maestros y tutores

Aunque Jerome Bruner señaló que el aprendiz tiene un papel activo en el aprendizaje, también puso mucho énfasis en el contexto social y, concretamente, en el papel de las que supervisan este aprendizaje. Bruner, al igual que hizo Vygotsky, sostiene que no se aprende de manera individual sino dentro de un contexto social, eso le lleva a la conclusión de que no hay aprendizaje sin la ayuda de otros, ya sean maestros, padres, amigos con más experiencia, etc.
El papel de estos facilitadores es el de actuar como garantes de que se realice un descubrimiento guiado cuyo motor es la curiosidad de los aprendices. Dicho de otro modo, deben poner en juego todos los medios para que el aprendiz pueda desarrollar sus intereses y obtener práctica y conocimientos a cambio. Esta es la idea básica delandamiaje.
Por eso no sorprende que, al igual que otros psicólogos de la educación como John Dewey, Bruner propuso que las escuelas han de ser lugares que den salida a la curiosidad natural de los estudiantes, ofreciéndoles maneras de aprender mediante la indagación y la posibilidad de desarrollar sus intereses gracias a la participación de terceros que guían y actúan como referentes.

El currículo espiral

Las investigaciones de Jerome Bruner le han llevado a proponer uncurrículo educativo en espiral, en el que los contenidos sean revisados de forma periódica para que cada vez se vayan reconsolidando los contenidos ya aprendidos a la luz de la nueva información de la que se dispone. 
El currículum en espiral de Bruner plasma de manera gráfica lo que él entiende por aprendizaje: la reformulación constante de lo que se ha interiorizado para hacerlo más rico y lleno de matices según se van viviendo varias experiencias.

LA HISTORIA DE UN HOMBRE QUE VIVÍA UN DEJA VU PERMANENTE

La historia de un hombre que vivía en un Déjà Vu permanente

El caso de Louis: atrapado en el tiempo por culpa de un raro trastorno psicológico.

La historia de un hombre que vivía en un Déjà Vu permanente
A todos nos ha pasado en algún momento de nuestra vida: tener la sensación de que ya hemos visto, oído o hecho algo que está pasando. Exactamente de la misma manera, y en el mismo lugar. Todo calcado, como si el pasado y el presente se hubiesen desdoblado en dos réplicas exactas. Se trata de un fenómeno conocido como Déjà Vuy es muy normal que ocurra, porque forma parte del funcionamiento normal de nuestro cerebro. Sin embargo, en algunos casos muy raros, el Déjà Vu podría dar forma a un desorden mental poco conocido.
Esto es lo que le ocurrió a un oficial del ejército francés a finales del siglo XIX: creía que estaba viviendo en una serie de réplicas del pasado, como si todo el mundo se empeñase en recrear situaciones ya vividas.

El caso de Déjà Vu patológico de Louis: atrapado en el tiempo

Este caso fue documentado en 1896 por un psiquiatra llamadoFrancois-Léon Arnaud, y ha sido traducido y publicado recientemente en la revista científica Cortex por un equipo encabezado por la psicóloga Julie Bertrand. Se trata, además, de uno de los primeros artículos científicos en los que se utiliza el término Déjà Vu para referirse a este tipo de fenómenos.

Viviendo en el pasado… literalmente

En el texto traducido por Bertrand y su equipo se describen algunas de las situaciones vividas por un joven oficial del ejército que, tras servir en Vietnam, fue mandado de vuelta a su casa tras empezar a desarrollar una serie de síntomas. Louis, pues este era el nombre del militar, confundía constantemente el pasado con el presente. Creía que estaba viviendo réplicas exactas de lo que había ocurrido meses o años atrás.
Después de haber empezado a sufrir fiebre intermitente probablemente producida por la malaria, apareció en Louis un agotamiento injustificado, insomnio y problemas digestivos, y amnesia retrógrada y anterógrada, por lo cual, a pesar de recordar la mayor parte de la información importante relacionada con su vida y su identidad, tenía dificultades a la hora de recordar lo que había ocurrido hacía tan solo unos minutos. Esto hacía que, muchas veces, fuese repitiendo la misma pregunta una y otra vez, aunque se la hubiesen respondido justo antes.
Y, por supuesto, Louis empezó a sufrir el llamado Déjà Vu patológico poco después, en 1893. Si bien Louis había asegurado que de pequeño experimentaba Déjà Vus con mucha frecuencia, en ese momento no solo los experimentaba todo el rato, sino que además no creía que fuesen ilusiones. Estaba convencido de que la repetición de las experiencias pasadas era absolutamente real.

Todo se va repitiendo

Entre las anécdotas que sirven para ilustrar el caso de Déjà Vu patológico documentado por Arnaud se encuentra la vez en la que aseguró haber leído antes varios artículos de diario, llegando a sostener que él mismo era el autor de algunos de ellos.
Aunque al principio el Déjà Vu patológico de Louis solo estaba relacionado con la sensación de haber leído antes lo que se estaba leyendo, poco después se extendió a más ámbitos de su vida y se hizo más frecuente.
En la boda de su hermano, por ejemplo, aseguró en voz alta que recordaba perfectamente haber atendido a esta misma ceremonia hacía un año, con los mismos invitados, en el mismo lugar y con todos los detalles colocados de manera idéntica. También señaló que no entendía por qué estaban repitiendo la boda otra vez.
A medida que los síntomas iban empeorando y el Déjà Vu patológico iba extendiendo su influencia por todos los ámbitos de la vida de Louis, apareció también una tendencia hacia los pensamientos paranoicos y la manía persecutoria. Creía que sus padres le estaban suministrando droga para hacer que se olvidase de sus planes de casarse con la mujer que le gustaba y reaccionaba de manera violenta ante acciones normales y cotidianas.
Louis tenía alrededor de 35 años cuando ingresó en la Maison de Santé del municipio francés de Vanves. Allí, en el 1894, conoció a Arnaud.

Louis y Arnaud se conocen

Cuando Louis vio por primera vez a Arnaud, esto es lo que ocurrió:
Al principio, Louis se comportó del modo en el que se comportan las personas que entran en contacto por primera vez con una persona desconocida en una situación normal. Justo después, la expresión de Louis se volvió mucho más amable y familiar.
Ya le reconozco, doctor. Es usted quien me saludó hace un año en la misma época y en el mismo salón. Me hizo usted las mismas preguntas que me hace ahora, y yo le di las mismas respuestas. Lo hace muy bien a la hora de hacerse el sorprendido, pero ya puede parar.
Louis creía que ya había estado en la el sanatorio de Vanves. Había reconocido los terrenos en los que está ubicado, sus instalaciones, y en ese momento también a las personas que trabajaban en él. A pesar de que Arnaud negara que todo eso hubiera ocurrido en el pasado, no pareció convencer a Louis. Poco después, una conversación similar tuvo lugar cuando el paciente conoció a otro doctor.
Escenas como esta definirían el tipo de desorden mental por el que Louis ingresó en la institución.

¿Seguro que se trata de Déjà Vu patológico?

Aunque los síntomas que experimentó Louis están muy relacionados con el modo en el que se expresa el Déjà Vu clásico, Julie Bertrand proponen la explicación de que, de hecho, lo que le pasaba a este paciente no era Déjà Vu, por lo menos técnicamente. Se trataría más bien de un mecanismo inconsciente por el cual se rellenan los vacíos de memoria producidos por la amnesia.
Esto explicaría por qué Louis no era capaz de distinguir entre el pasado real y el pasado "artificial" creado por estas situaciones. Lo que él vivía era, más bien, una paramnesia reduplicativa, una ilusión en la que el sentido común se desvanece. Un ejemplo más de hasta qué punto los cambios en nuestro sistema nervioso nos pueden cambiar incluso en esas facultades mentales que damos por supuestas.