7 estrategias para desarrollar la intuición
Varias técnicas imprescindibles para potenciar una cualidad útil: la intuición.
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Una de las claves para tener éxito en la vida y en los negocios es la intuición. Las personas con gran capacidad para intuir son capaces de guiarse con mucho más acierto por los senderos de la vida.
La intuición se define como aquella habilidad para conocer, entender o percibir algún aspecto interesante de la realidad de forma clara, aun sin la intervención de nuestro escrutinio racional. Es decir, que la intuición nos permite tomar buenas decisiones de forma rápida y efectiva, nos advierte de ciertos peligros y nos ayuda a crearnos una visión más amplia sobre las cosas que nos rodean.
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Técnicas y trucos para mejorar la intuición
Existen multitud de técnicas y estrategias para desarrollar esta habilidad para intuir. En el post de hoy intentaremos explicar algunos de los ejercicios más potentes a la hora de desarrollar tu capacidad de intuición.
La intuición es esa guía vital que, de forma semi-automática, nos ayuda a tomar buenas decisiones, resolver problemas y ser más exitosos en prácticamente cualquier ámbito de la vida: profesional, académico y personal. Sin embargo, es una habilidad que no suele ser muy tomada en cuenta y por tanto no se le presta mucha atención desde las instituciones públicas. Esto hace que nuestro sistema educativo no potencie el desarrollo de la intuición, a pesar de los muchos beneficios que tiene esta capacidad para afrontar el día a día.
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Para ayudarte a comprender las bondades de la intuición y para que puedas potenciar esta habilidad, hemos investigado este tema y te traemos un total de siete estrategias prácticas y muy útiles para fomentar este “sexto sentido” del que disfrutan las personas con olfato para los negocios y para la vida en general. ¿Empezamos?
1. Básico: confía en tus pálpitos
Va a ser muy complicado que logres desarrollar la intuición si constantemente niegas su influencia sobre tus decisiones diarias. Para mejorar tus habilidades intuitivas debes empezar por otorgarles una cierta credibilidad, la suficiente como para, por lo menos, tener en cuenta las corazonadas que tengas diariamente.
Ocurre a menudo: tienes que tomar una decisión importante en tu vida, y uno de los posibles caminos, aunque desde el plano racional parece buena idea, no te genera buena espina. Hay algo en ese camino posible que, aunque racionalmente no puedes expresarlo con palabras, no te genera la suficiente confianza. En este momento, tu intuición te está dando una señal de alerta: ese camino no parece el más deseable.
Es bastante probable que te hayas librado de ser atropellado gracias a un pálpito, a una intuición súbita que te hizo pararte de golpe justo cuando un coche iba a arrollarte. No tuviste tiempo para pensar que estabas en peligro, simplemente notaste algo y evitaste el accidente. Cuando la emoción que nos genera algo (o alguien) es más bien negativa, estamos ante una intuición. Nuestra voz interior tiene esta capacidad para hacernos notar que hay algo que no nos convence. Tenemos que potenciar nuestro pensamiento heurístico, para lograr que sea capaz de responder eficazmente a las exigencias del día a día.
2. Diferenciar entre prejuicio e intuición
Cuidado: los prejuicios no son comparables a la intuición (o a las corazonadas). Los prejuicios son ideas preconcebidas que nos hacen tener cierta aversión hacia determinadas personas por su origen étnico, religioso, cultural o social, o bien por algún otro rasgo de su físico y personalidad que asociamos inconscientemente a algo negativo.
Debemos intentar diferenciar claramente entre prejuicio e intuición. La intuición debería ser una brújula emocional, pero es importante que logremos distinguir entre emociones e ideas preconcebidas o que nos han inoculado culturalmente. Si nuestra intuición nos manda señales de aviso para que no confiemos al 100% en alguien, debemos tratar de sopesar hasta qué punto esa señal está interferida por ciertos prejuicios y estereotipos que podamos tener en contra de ese “tipo de persona”, y fijarnos de no estar influidos negativamente por alguna experiencia pasada.
3. Practica meditación y Mindfulness
Todo lo que nos ayude a conocernos mejor a nosotros mismos va a redundar en una mejora de nuestra intuición. Prácticas milenarias de meditación, e incluso filosofías como el Mindfulness tienen beneficios claros para nuestra mente: nos hace más capaces de absorber estímulos e información, incluso cosas que antes nos pasaban desapercibidas. Además, estas técnicas de meditación nos reportan un mayor equilibrio emocional.
La meditación exige una práctica continuada. No vale que te pongas a meditar un día y ya está: hay que entender que es un hábito que requiere de mucha constancia. ¿Cómo practicarlo? Simplemente, ponte cómodo en un lugar donde haya pocos elementos disruptivos, pon la espalda recta y relájate. Poco a poco, la ansiedad, el estrés y las preocupaciones cotidianas se irán esfumando, a base de una buena técnica de respiración. Aprovecha para escuchar tu voz interior, esa que está tan íntimamente ligada con la habilidad para la intuición.
Con la meditación también conseguimos desvanecer el estrés y es una buena manera de aumentar nuestra concentración y creatividad. Solo tiene ventajas.
4. Una técnica curiosa: la visualización de paisajes
Hay varias técnicas muy potentes para desarrollar la intuición. Una de ellas es la visualización. ¿Cómo funciona?
1. Primero, debes cerrar los ojos y centrarte en tu respiración. Acomódate y trata de encontrar un espacio agradable.
2. Prueba a visualizar un paisaje que te transmita seguridad y buenas vibraciones. Obsérvalo con atención e intenta reparar en todos los detalles existentes: el aire, los aromas, los colores, los detalles… Guarda en tu memoria todos los detalles posibles.
3. Respira pausadamente y en profundidad, y vuelve a abrir los ojos. Seguramente notarás que te sientes mucho más a gusto. Y, además, habrás mejorado tu intuición, sobre todo si practicas esta técnica habitualmente.
5. Sueños lúcidos y el inconsciente
¿Has tenido alguna vez un sueño lúcido? Seguramente, tu respuesta será que sí. Casi todos, en alguna ocasión, hemos logrado dominar nuestros sueños mientras dormíamos, pudiendo manejar a nuestro antojo lo que sucedía en él.
Esta capacidad para controlar nuestro inconsciente durante el sueño puede ayudarnos a ser más conscientes de la realidad, y por tanto a aumentar nuestra intuición.
¿Cómo tener sueños lúcidos? Justo antes de dormirte, cuando estés reposando en la cama, piensa y reflexiona sobre aquellas cosas que más te han llamado la atención durante el día. Intenta dar respuesta a aquellas preguntas que quedaron sin responder, o a las intenciones de las personas con las que has compartido algo. Esto logrará activar tu imaginación y estimulará tu inconsciente para que empiece a pensar de forma creativa.
No es algo muy frecuente, pero si sigues este paso, es más probable que logres tener sueños lúcidos. Al despertar, no olvides anotar en una libreta el contenido de tus sueños, y juega a darle una interpretación personal.
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6. La visualización de cuerpos geométricos
La visualización es clave a la hora de mejorar nuestra intuición. Esto ocurre porque nos permite acceder a ciertas habilidades cognitivas relacionadas con nuestra capacidad para anticiparnos y describir la realidad basándonos en elementos sueltos. Nos ayuda a integrar información y a crearnos un mapa mental sobre la realidad.
La visualización con cuerpos geométricos nos permite estimular nuestra inteligencia visual y espacial, que también está relacionada con nuestra creatividad. La técnica es la siguiente:
1. Cierra los ojos e imagínate una pantalla blanca justo enfrente de ti.
2. Intenta proyectar (imaginar) que, en esa pantalla, aparece un cuerpo geométrico bidimensional, como por ejemplo un cuadrado, un círculo o un triángulo. Mantén esa imagen visual dos minutos y luego pasa a imaginar otra figura cualquiera.
3. Reposa unos minutos y luego vuelve a cerrar los ojos, imaginando varias figuras combinadas entre sí: por ejemplo, un cuadrado dentro de un círculo. Ve complejizando el ejercicio con otros cuerpos: un cuadrado dentro de un círculo que están, a su vez, rodeados por un inmenso triángulo.
7. Desarrolla la empatía y practica
La empatía es esa cualidad mediante la cual podemos ponernos en el lugar de otra persona, entendiendo y solidarizando con sus circunstancias y opiniones.
La intuición también nace de esta habilidad para interpretar correctamente las emociones y sentimientos ajenos. Puedes practicar esta habilidad intentando intuir qué están pensando o sintiendo otras personas y, si tienes la suficiente confianza con ellos, les puedes preguntar si estabas en lo cierto. Te sorprenderás de lo relativamente sencillo que es, de forma intuitiva, adivinar el estado de ánimo de alguien.
Referencias bibliográficas:
- Fischbein, E. (2006). Intuition in Science and Mathematics: An Educational Approach. Springer Science & Business Media.
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