Las 6 diferencias entre tristeza y depresión
Explicamos las diferencias y las similitudes entre estos dos conceptos.
Son dos conceptos distintos y a la vez con múltiples puntos en común. Dos conceptos que se suelen malinterpretar y confundir demasiado a menudo. Hablamos de la tristeza y la depresión, dos términos que hoy nos proponemos aclarar de una vez por todas.
Existe una confusión terrible entre ambos términos, tristeza y depresión. Vamos a definir ambos conceptos y aclarar las dudas recurrentes sobre sus semejanzas y diferencias.
Tristeza y depresión: una confusión dañina
Los signos y síntomas que producen la depresión y la tristeza pueden ser complicados de diferenciar para una persona a pie. Por suerte, los profesionales de la salud mental sabemos que, en base a un buen número de investigaciones científicas, existen ciertos signos y señales de distinta índole que nos permite diferenciar entre estos dos estados emocionales.
A modo de resumen, podemos explicar hasta seis puntos básicos para saber cuándo estamos ante una persona triste, o bien ante alguien que padece un trastorno depresivo.
Para profundizar: "¿Existen varios tipos de depresión?"
1. La depresión es un trastorno psicológico
La depresión es una psicopatología en la que, por distintas causas y razones, la persona afectada manifiesta ciertos síntomas: tristeza, apatía, angustia, sentimientos de desesperanza…
Mientras que la tristeza es un estado mental pasajero, las personas que sufren un cuadro depresivo están en una situación crónica de malestar y desazón. Para ser diagnosticada con depresión, una persona debe estar por lo menos seis meses con este tipo de cuadros sintomatológicos.
2. La tristeza es un estado mental relativamente pasajero
El sentimiento de tristeza es un estado psicológico relativamente habitual, y que no es por sí mismo indicador de ningún trastorno mental. Es, sencillamente, la reacción psicológica ante algo que nos ha herido o ante unas circunstancias difíciles de las que nos parece complicado escapar.
La tristeza es una más de las emociones humanas, y no es mala ni nos debe preocupar en exceso que alguien esté triste durante unos días. Podemos estar tristes cuando perdemos a un familiar o a un amigo cercano, podemos sentir tristeza cuando se nos trunca un plan e incluso podemos sentirnos así sin motivo aparente, tal vez por un cambio hormonal o porque nos hemos levantado con un estado de ánimo bajo.
3. Pruebas de neuroimagen
Tal como vemos en la imagen de debajo de estas líneas , las personas con depresión tienen un nivel de activación cerebral claramente inferior a las personas sanas. A través de distintas técnicas de neuroimagen podemos observar que el cerebro depresivo se diferencia claramente del cerebro sano.
Además, los niveles de serotonina son mucho más bajos en las personas que padecen un cuadro depresivo.
4. La abulia
La abulia se caracteriza por afectar a las personas con depresión, y dejarlas totalmente (o parcialmente) incapacitadas para enfrentarse a la vida diaria. Ir al trabajo, a comprar o a hacer una gestión se torna una misión imposible para los pacientes con este tipo de cuadros.
La abulia y los distintos efectos en la conducta de las personas con depresión no es algo que escojan por sí mismas. La causa de estas manifestaciones conductuales se encuentra en el deterioro del sistema nervioso e inmunológico. La abulia puede ser común tanto en personas que están tristes como en personas con depresión. La diferencia se encuentra en que las personas depresivas presentan esta apatía durante semanas e incluso meses.
5. Cuando la tristeza llega demasiado lejos
En algunas ocasiones, la tristeza prolongada en el tiempo puede conducir a un caso de depresión. El deterioro progresivo en la calidad de vida de la persona afectada puede notarse porque se vuelve incapaz de hacer sus tareas cotidianas, se muestra afectado (lloros, aislamiento) de forma frecuente y se ven muy limitados por su estado psicológico.
Si esta situación perdura durante varios meses, es posible que la persona esté inmersa en el desarrollo de un cuadro depresivo.
6. La tristeza no necesita terapia; la depresión, sí
Un estado de tristeza común es pasajero y no reviste mayor importancia. Es muy probable que las personas que pasan por un período de dolor emocional no requieran de ningún apoyo profesional específico. Simplemente, la vuelta a la rutina y el apoyo informal de sus amigos, familiares y allegados puede ser más que suficiente para que la vida retome su curso y puedan superar este estado de tristeza.
Sin embargo, la depresión es un trastorno serio que debe ser tratado por un profesional. Un diagnóstico certero y una terapia enfocada en la reestructuración cognitiva y, si es necesario, en psicofármacos, puede ayudar decisivamente a que el paciente recupere su bienestar psicológico y lo mantenga en el tiempo, evitando recaídas.
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